Elegir un sistema radiante significa elegir el BIENESTAR.
Los primeros sistemas radiantes realizados en los años ’60 y ’70 eran un ejemplo de instalación de vanguardia ya que permitían eliminar la instalación a vista de los radiadores y, por consiguiente, restituían una mayor libertad en la decoración de los interiores. Los tubos, en aquel entonces metálicos, se alimentaban directamente por las calderas de gasóleo a temperaturas elevadas. El hecho de no poder contar con tecnologías modernas no permitió la plena y rigurosa aplicación de esta solución. Hoy por hoy, el motivo es fácil de explicar: alimentando el sistema con agua a temperaturas elevadas, la temperatura superficial del suelo aumentaba a tal punto que provocaba problemas de circulación e hinchazón de las piernas, sensaciones de calor excesivo y aire demasiado seco con los consiguientes problemas respiratorios. Todos estos inconvenientes se solucionaron.

El sistema radiante moderno ahora está compuesto por modernos sistemas de generación de agua caliente como las calderas de condensación o las bombas de calor, que pueden suministrar agua a baja temperatura (35°C - 40°C). Este hecho unido a la amplia superficie intercambiadora (cuya temperatura superficial está comprendida entre 29°C y 35°C), permite afrontar la demanda térmica requerida por la vivienda y aumentar también el CONFORT.
Para mayor protección del usuario, todo el sistema está regulado por la normativa UNI EN-1264.

Los sistemas de panel radiante representan una solución ideal para la calefacción y climatización de los ambientes, garantizando un elevado CONFORT y un notable AHORRO ENERGÉTICO y, por consiguiente, ECONÓMICO.
Tiemme ofrece una amplia gama de sistemas radiantes, convenientes y fiables. Se utilizan en las nuevas viviendas y en las refacciones, y también en edificios del terciario, con aplicaciones de suelo, pared o techo.